
A Tale of Paper, la alegoría de la transformación y la superación de obstáculos mundanos
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Érase una vez la historia de Line, un pequeño personaje de papel que tiene que hallar la solución a sus problemas y conseguir su emotivo objetivo a base de ir descubriendo “formas” diferentes de ver la vida y los escenarios. Esta es la idea que nos propone el estudio barcelonés Open House Studios con el apoyo de Playstation Talents.
Con muchos tintes y muchos guiños a juegos como Little Nightmares o Limbo, A Tale of Paper es una historia que te cuenta sin narrar, que te transmite sin palabras y que tú tienes que experimentar de primera mano para llegar hasta el final a base de ingenio. Una preciosa historia con muchos detalles, algùn easter egg de otros juegos y mucha dedicación de este pequeño estudio español que quiso soñar a lo grande.
¿Queréis acompañarme en esta bonita historia, delicada cual paper? Haced un aviòncito con la servilleta que empezamos nuestro viaje.
Historia – con seis dobleces hacemos una grulla
Como ya me pasò con Little Nightmares, la historia de A Tale of Paper es muy inmersiva pero no te la cuentan abiertamente. La tienes que emsamblar en tu cabeza con las piezas que te ofrecen. Es un título que me trae a la cabeza Little Nightmares porque tiene su esencia, no solamente en el paralelismo de la forma de narrar la historia, sino en la estética y en la manera que tenemos de interactuar con el escenario. Una de las inspiraciones de este pequeño estudio español ha sido el tìtulo de Tarsier Studios, eso lo tengo más que asegurado.

Si bien bebe de las bases, lo cierto es que A Tale of Paper ha sabido reinventarse y darle una vuelta de tuerca con el hecho de que el protagonista es un muñeco de papel. Es importante tener esto en cuenta a la hora de enfrentarte al escenario pues eres muy delicado. Esa delicadeza es la que, en muchos aspectos, te dará ventajas pero en otros te supondrá un inconveniente. Esto queda muy bien reflejado en las pantallas con agua, a las que deberás enfrentarte de una forma verdaderamente ingeniosa.
En A Tale of Paper vas moviéndote de pantalla en pantalla en un 3D scroll por diferentes escenarios que si bien empiezan siendo de una casa, pronto cambiaràn a terrenos más farragosos como unas alcantarillas o un terruño. Allí encontrarás diferentes enemigos, tremendamente mundanos, que nos harán pasar un mal rato. Los enemigos, que no son precisamente criaturas del infraundo, solamente necesitan ser una pequeña amenaza para un desvalido papel transformado en nuestro sagaz Line. Line tiene la apariencia de un duende, con orejas puntiagudas, pero que también me recuerda a una criatura sombra de Kingdom Hearts, solo que todo lo contrario pues representa la luz.
En las 5 horas que dura A Tale of Paper podremos experimentar todo tipo de sentimientos. Miedo, rabia, tristeza y alegría. Este es un juego tan inmersivo que es capaz de traladarnos a diferentes mundos y despertarnos diferentes sensaciones solamente viendo los escenarios pasar y a Line desperezarse y desenvolverse por un escenario aparentemente apacible.
En A Tale of Paper emprendemos un viaje vital y emocional que nos traerá más de una sorpresa. El equipo lo ha hecho muy bien pues incluso cuando crees que se acaba, te vuelves a transformar y experimentas el mundo de manera diferente. El cambio constante de prisma es lo que hace este juego tan especial.
Mecánicas y Jugabilidad – iluminando mi propio camino
Como figura de origami, Line tendrá que hacer uso de sus habilidades para moverse con soltura por el escenario y resolver los puzzles que se le presenten. Como podemos ver desde el primer minuto de A Tale of Paper, Line puede saltar y correr, puede interactuar con los demás objetos usando R1 y puede transformarse en otras figuras de papel a medida que vaya adquiriendo esas habilidades leyendo libros. Puede también encender objetos electricos gracias a la luz que emiten sus antenas.
A Tale of Paper es un juego muy intuitivo, tanto en la ejecución de habilidades como a la hora de atravesar los escenarios. Solamente es necesario el uso de tu habilidad mental y manual con el joystick. El escenario no es rejugable, es decir, cuando pasas de pantalla no es necesario volver atrás y al ser un escenario scroll puedes vislumbrar tímidamente lo que sucede en la pantalla siguiente. Sin embargo, te puedes encontrar con escenarios a dos alturas, es decir, si te caes del escenario principal puedes volver atrás y tener que pasar de nuevo el escenario al completo.

Si te precipitas, sencillamente todo se pondrá negro y volverás al punto de control. Si es un enemigo el que acaba contigo, se presentará una pequeña cinemática de fallecimiento que cambiará según el enemigo con el que te halles. El tiempo de respawn es muy corto y no hay lentas pantallas de carga como puedes encontrar en otros títulos. En este, todo resulta muy fluido y puedes volver a intentar la pantalla casi de forma instantánea.
Como comentaba al principio, el objetivo principal de A Tale of Paper será solucionar sencillos puzles para debloquear el escenario y dar paso a la siguiente pantalla. Tendrás también que usar tus capacidades de sigilo para pasar desprevenido porque Line no puede atacar. Tendrá que valerse de toda su astucia y sus formas de papel para pasar de pantalla sin morir. Los puzles no presentan una mayor dificultad y quizá lo que resulte ms complicado son las peripecias con los saltos, que requerirán precisión. Sin embargo, lo que este juego quiere es que disfrutemos con sus escenarios y con la delicia que es ir corriendo con Line cambiando de forma a placer.
Hay cambios de perspectiva y de cámara, que quizá en algún momento jueguen una mala pasada pues te encuentres detrás de un mueble sin saber cómo salir, pero es fácil, solamente saltar y transformarte te dará la clave. Tendremos diferentes tipos de escenarios, algunos en donde tienes vista frontal y tendrás que escapar de algún enemigo que te persigue, como si de una pantalla de Crash Bandicoot se tratase. Algunas en donde tienes que jugar con la perspectiva de escaleras u otras en donde tienes que jugar con el espacio cayendo y levantándote para superar algunas barreras.

Tienes que ser uno con el escenario, sin despistarte para que Line no sufra deslices. Alguna de las pantallas me han dado problemas por no saber cómo enfrentarme a ellas, pero sencillamente tienes que aventurarte y morir para hallar la respuesta. Los intentos te premian e incluso las muertes son recompensadas con algún que otro logro. Todo hace que tengas ganas de seguir con la aventura y no desesperar. Line estará contigo mirándote con esos ojos luminosamente expresivos.
Gráficos y música – perfecta conjunción de un mundo redondo
Los gráficos son una maravilla. No me he encontrado ningún bug que me empañe la experiencia y, quizá lo único negativo a comentar, es que los controles son un poco toscos a la hora de andar sobre tablas de madera. Esto me ha provocado alguna caida innecesaria. Sin embargo, no empañan la experiencia para nada pues siempre puedes volver a empezar e ir más despacio. Comienzas en una casa, enfrentándote con un aspirador doméstico, sigues por unas alcantarillas, bajas a las profundidades del metro y te encuentras con más escenarios, todos muy ricos en detalles y con una variedad de colores muy plural, dentro de una paleta que más bien es sombría. No nos podemos esperar grandes colores luminosos, pues no serían acordes con el título.

En cuando a la música, es muy acorde con los niveles en los que estamos jugando. Cambia según los escenarios y aumenta la intensidad conforme nos vayamos acercando al final del escenario que jugamos. Por ejemplo, si estamos superando tramos de escaleras se intensificará cuantas más escaleras vayamos subiendo. No es intrusiva y ayuda al jugador a que se sumerja por completo en el nivel que está jugando. Las melodías te acompañan y te transmiten paz y serenidad, siendo perfectas para el entorno y propiciando que quieras seguir jugando y escuchando su vaivén enternecedor.
En cuanto a coleccionables, solamente tenemos de un tipo, uno en cada capítulo, que en la mayoría de los casos es bastante visible y solamente tienes que gastar unos segundos en conseguirlo. Este coleccionable nos dará acceso a contenido extra, accesible cuando se acabe el juego y que nos ayudará a completar las piezas del puzle en nuestra cabeza.
Conclusiones finales – y colorín colorado, el avioncito se ha evaporado
A Tale of Paper es uno de esos juegos que no deja indiferente. Puede que no te guste, que te parezca fácil pero no se le puede negar que emociona. No se le puede negar que despierta sentimientos y que el trabajo bien hecho se ve reflejado en los lazos que se estrechan con ese pequeño muñeco de origami que está intentando encontrar su camino.
Open House ha hecho una maravilloso trabajo en el terreno narrativo para hacernos experimentar emociones solamente a través de imágenes grácilmente acompañadas de música acorde. Nos han hecho vincularlos con una historia y un personaje a través de los botones de un mando y nos han hecho suspirar profundo y desear que no acabe.
Personalmente me he quedado con ganas de más a pesar de saber que la historia no es como un chicle, no se puede estirar más la magia de este bello cuento que nos deja un buen sabor de boca aún con regusto amargo.

No puedo segui hablando de sentimientos sin hacer spoiler por lo que dejo aquí. Este es el punto y final del análisis. Me queda solamente desear que lo experimentéis y que, sean cuales sean los sentimientos provocados por esta aventura, cerréis los ojos y penséis en lo que este estudio ha querido alcanzar. La belleza de recrear sentimientos a través de un videojuego. La hazaña de hacer saltar las lágrimas solamente empuñando un mando, sin necesidad de hablar.
Sin más, abro la ventana y dejo a este avión de papel surcar las nubes y continuar su viaje al más allá.
Puedes obtener A Tale of Paper en la tienda de Playstation online. Muchas gracias al equipo de Playstation Talents España que nos ha dado la oportunidad de probar el juego.
Si queréis leer más sobre A Tale of Paper, aquí la noticia de su lanzamiento
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