
En un mundo amenazado, en el que la tierra ha quedado fragmentada en multitud de pequeñas islas flotantes, Auk, nuestra heroína, deberá descubrir qué ha ocurrido y cómo detener ese desastroso final. Los dioses han desaparecido, dejando a los supervivientes perdidos e indefensos. Solo quedan las leyendas y las ruinas de antiguos teplos como únicos testigos de aquellos tiempos en los que todo comenzó a cambiar. La sacerdotisa Karah, quien protegió a los hombres durante la Gran Brecha, tenía un plan y depende nosotros cumplirlo.
Nuestra historia comienza siguiendo el peregrinaje de Auk, una cambiaformas que puede adoptar el cuerpo de un ave, lo cual nos facilita bastante movernos por un mundo flotante.
En la primera escena nos adentramos en el santuario de la sacerdotisa Karah, donde coseguiremos el único objeto que podremos utilizar en todo el juego: la Luz de Karah, un farolillo que nos permite ver el recuerdo de los ancestros. Esto nos ayudará a encontrar el camino e ir desvelando la historia. Los ancestros que vemos son imágenes fijas, recuerdos de un momento concreto de la vida de aquellas personas. A veces aparece junto a ellos lo que estaban diciendo, dándonos algo más de información y alguna pista.
Para no desvelar demasiado, vamos a dejar la historia a un lado y vamos a empezar a hablar del juego. Se estrenó el pasado 25 de Octubre de 2017. Desarrollado por Forgotten Key y distribuído por Daedalic Enterteinment. Es una aventura para un solo jugador con textos en español (sin voces). Mediante la exploración y la resolución de una serie de puzzles iremos avanzando por la trama. Puede no ser del gusto de los amantes de la acción extrema, ya que no hay enemigos ni trampas, pero AER lo compensa con una interesante historia (algo de agradecer en los últimos tiempos) y una vuelta diferente al estilo de juego habitual.
En primer lugar, el hecho de poder convertirnos en pájaro nos da una enorme libertad de movimiento, permitiéndonos explorar las numerosas islas. Cada una de ellas es diferente y en alguna nos espera alguna que otra sorpresa que, sin ser imprescindible para pasarse el juego, le da ese punto de interés para los que nos gusta exprimir cada rincón de los juegos. La jugabilidad es muy intuitiva, sin necesidad de largos tutoriales. Aunque al principio parece que cuesta un poco manejar a Auk cuando está transformada en pájaro, no se tarda nada en cogerle el truco.
El estilo de la imagen es tan sencillo que en un primer momento sorprende, pero no por ello está más descuidado, más bien al contrario. Los escenarios de AER son una verdadera belleza y ayudan a crear esa atmósfera tan ligera que intenta transmitir la historia. En ello colabora también el sonido, ya que no hay canciones como tal, tan solo musca ambiental y efectos de sonido como el viento o el agua.
En el interior de los templos la cosa cambia un poco, ya que aquí no podemos convertirnos en pájaro. Tendremos que solucionar algunas pruebas de ingenio y, en ocasiones, retos de saltos, para llegar hasta el final de los templos y completar nuestro peregrinaje. Aunque tampoco se volverá demasiado complicado, sí aporta algo de variedad e interés al juego. Es la única parte realmente imprescindible en el juego, por lo que, si no te dedicas a investigar las distintas islas, puedes terminar una partida en unas pocas horas de juego.
En conclusión:
AER Memories of Old es un juego relajante y con una ambientación preciosa. Sin embargo su duración es algo más corta de lo que sería deseable y sus puzles no son demasiado complicados. Me hubiera gustado que lo exprimieran un poco más, ya que el juego está muy bien planteado y diseñado. Es recomendable si te apetece jugar algo tranquilo y recrearte en los paisajes.
Marta González Peláez
www.martagonzalezpelaez.wordpress.com
Deja una respuesta