
Dishonored Definitive edition: oda a los port mejorados para recuperar joyas
No sé por qué este juego no llegó antes a mi vida. 2012 fue un año muy aclamado por sus títulos (Mass Effect 3, Far Cry 3 o Borderlands 2) y fue quizá por ello por lo que no disfruté en el momento correcto de esta verdadera joya. De haberlo jugado, habría sido un complemento delicioso para la trilogía de Bioshock y para los Fallout. Me da pena porque no disfruté de su calidad gráfica, brillante para la época; de sus diálogos inteligentes, de su banda sonora colosal y de una estética decadente e inmersiva que te sumerge en un mundo devastado e infectado de peligros que tienes que superar. Soy plenamente consciente de que hubiera sido defensora de este título a capa y espada. Sin embargo, no lo tuve y pasó totalmente desapercibido desde 2012 hasta 2020.

La pandemia nos ha traído algunas cosas buenas y a mi colección de experiencias, ha sido esta. Dishonored Definitive Edition llegó mágicamente tras una conversación con un compañero viendo el State of Play y ha sido una total revolución. Desde el minuto en el que introduje el disco, la estética me envolvió, la historia me cautivó y los gráficos, que me parecieron un poco toscos al principio, terminaron ayudándome a convivir con un Dunwall caótico, infestado de ratas y lleno de esperanzas vanas reducidas a polvo. En las 25 horas que me duró el juego, pude comprobar de primera mano que es un título que te pone a prueba y que te va penalizando poco a poco si te reclinas en el sofá y te deleitas en el modelo fácil. Modelo fácil digo y no modo fácil.
Por mi experiencia, que puede no ser la compartida por los lectores, es un juego muy exigente y tremendamente demandante, especialmente si quieres superar el 100% y conseguir el tan estimado trofeo de todos los finales. Y eso es así porque, para poder obtenerlo, tienes que pasarte el juego sin eliminar a uno solo de los enemigos que se te presentan. Solamente puedes neutralizarlos con los diferentes medios a tu alcance. ¿Qué quiere decir esto? Que es un juego en donde el sigilo es vital y esa destreza se te tiene que adherir al cuerpo y emanar por todos los poros de tu piel. Tienes que ser uno con el escenario que te rodea y aprovechar cualquier recodo para guarecerte.
Para los que me conozcan, saben que no soy muy ducha en esto de los juegos de sigilo y realmente desde el primer momento me rendí a los placeres de pasar a los enemigos a cuchillo. Si bien es cierto que muchos de los enemigos reportan dificultad y que no es un paseo por el campo, no quise complicarme y supe que el platino de este título no era para mí. Es algo que suelo asumir bastante a menudo, pero en este era vital que se me grabara a fuego en la mente para dedicarme a otros menesteres como hablar con todos los NPC posibles y descubrir todas las formas que tenía Corvo de aniquilar a cualquiera que se entrometiese en su misión.

Y es que la misión principal de Corvo es una misión de tomar represalias. Una misión que hace temblar los pilares de los valores más férreros. Una misión que ya desde el primer momento vaticina que las cosas no van a ser fáciles. Es una historia en donde la primera palabra que se te viene a la mente es venganza, es traición y eso, queridos lectores como ya sabemos, nunca acaba bien. Hemos hablado de Corvo, el protagonista, pero vamos a hablar de sus vicisitudes. Corvo es el guardaespaldas personal de la emperatriz, que se ve traicionado desde el minuto uno y sentenciado a muerte. Gracias a tus reflejos y a la ayuda de un cierto sector revolucionario, adquieres una causa.
A lo largo del juego, los líderes de esa revolución te van dando misiones que tienes que hacer, con alguna que otra opción optativa que pronto te das cuenta de que es vital para poder desempeñar la principal con una mayor ventaja o de una manera más tranquila. Vas haciendo las misiones y vas desentrañando una historia palaciega, llena de giros argumentales y llena de NPC con los que puedes interactuar para descubrir más información que completa el mundo de Dishonored. Has estado toda la vida acatando órdenes y esto es lo que haces también en esta nueva etapa. Seguir órdenes y desentrañar los misterios a los que eres y has sido siempre ajeno. Para poder ayudarte, cuentas con tus habilidades de asesino, con armas que irás descubriendo y mejorando en el juego y con habilidades extraterrenales que te las otorga un ser incierto que sale de la nada entre llamas celestiales.

Parece un ser de otro mundo, de un mundo onírico, al que cierto grupo de habitantes rinde pleitesía y tienen como deidad. A él le deberás agradecer habilidades como poder transportarse o poder controlar y transmutarse en animal. Estas habilidades serán muy recurrentes para poder pasar por tramos del juego complicados o bien para poder ejecutar las misiones con sigilo. Sin embargo, antes de empezar con las mecánicas, acabemos con la historia. La historia viene repartida en episodios, llamados misiones de asesinato, a las que puedes acceder individualmente para poder completarlas al 100% o con todas las peticiones cuando las finalices por primera vez. Al final de cada misión, se hace un repaso de las víctimas, de los objetos y coleccionables encontrados y de cómo has desempeñado tu cometido. El nivel de caos que generes será clave a la hora de encontrarte más enemigos posteriormente y lapidario a la hora de indicarte el final.
Ya que hemos hablado de la historia, pasemos a deleitarnos con el mundo de Dishonored, los entornos de Dunwall. Arkane Studios y Bethesda siempre son un sello de calidad y en este título no podía ser menos. Este matrimonio bien avenido creó el mundo de Dunwall, una especie de Londres de un mundo paralelo, basado en una peculiar estética Speampunk. Este estilo Retrofuturista Industrial Alternativo, como lo llamaron sus diseñadores, envuelve los escenarios con una capa gris de polvo y humo de maquinaria. Este velo cubre los cascajos de una sociedad clasista y elitista que se ha venido abajo por pecar de soberbia y se ha visto mermada por la corrupción y las plagas. Peste y ratas campan por doquier en el escenario, entretejiendo la vida del proletaríado obrero que pasa penurias, y van absorviendo cual agujero negro cualquier resquicio de belleza y alegría. En Dunwall, puedes ver perfectamente en los interiores de los edificios que tiempos pasados fueron mejores y, aunque muchos personajes desde su opulentas casas quieren no admitirlo; a tí esa realidad te impacta de lleno cual puñetazo en el estómago, haciéndote exhalar hasta el último requicio de aire puro que te quedaba en el interior.

Este vasto terreno, derruido y aciago, se convierte en el telón de fondo perfecto para una aventura madura y bien elaborada. A través de las difefentres misiones que vamos haciendo por las calles, infestadas de ratas y de una especie de zombies que van aumentando a medida que vas asesinando, se construye una experiencia totalmente rejugable. Como ya he comentado antes, las misiones se pueden hacer de diferentes maneras y presentan una gran cantidad de rutas alternativas que podemos emplear para cumplirlas. Esto quiere decir que la experiencia de un jugador puede ser totalmente diferente a la experiencia de otro. Todo está en nuestra mano y es nuestra decisión hacer de nuestra historia una hazaña de soldado o una gesta de asesino.
Dishonored nos ofrece una gran cantidad de habilidades. Su capacidad para escalar estructuras, para ejecutar grandes saltos y también para poseer animales hacen que casi cualquier lugar del escenario sea accesible. Como hemos comentado, hay habilidades terrenales y habilidades extraterrenales que son las que te harán vivir una experiencia más completa. También debemos mencionar las armas de fuego, la espada y la ballesta, que como en Bioshock, siempre las tienes en la mano izquierda para poder prestar servicio instantáneamente. Tanto las armas como las habilidades las podrás ir desarrollando en un árbol, que más que un árbol es un círculo, pues cada una de las habilidades consta de 2 niveles. Las armas las puedes mejorar en el taller de un personaje que se presenta más tarde, aunque no son tremendamente personalizables pues tienes que ir encontrando manuales de instrucciones que le otorgas a esta persona para que te las confeccione.

Uno de los objetos que más me llamó la atención del juego es el corazón. Cuando el personaje extraterrenal te confiere habilidades, te otorga un corazón con una estética steampunk que palpita más profusamente cuando un coleccionable está cerca. La adrenalina de ir corriendo por una ciudad aciaga con un corazón palpitante en la mano es algo que todo el mundo debería experimentar. Al menos, a mi me pareció descacharrante. Y tiene su utilidad este corazón pues, los coleccionables son bastante variados y están desperdigados por el escenario. En Dishonored, tenemos de distintos tipos: los talismanes, que profieren habilidades técnicas como reducir el daño de ciertos proyectiles o ampliar tu rapidez; runas, necesarias para poder desbloquear y aumentar habilidades, los cuadros de Sokolov que son meramente estéticos ya que nos muestran paisajes o retratos de personajes conocidos. También puedes encontrar espacios sagrados, en donde el ser extraterrenal te da consejos útiles para aplicar en tus proezas, pero que normalmente te llevan a runas por lo que los metemos en el mismo saco. Como digo, son muy útiles y no son extensos. La única pega es que están muy repartidos por todo el mapa y hay que desviarse del objetivo principal.

Para finalizar este escrito, que es más bien un análisis sobre el título de PS3 solo que jugado en PS4, solamente podré decir que nos toca volver a enfundarnos la máscara, clamar venganza y liberar a Dunwall de su corrupto sistema opresor… o no. Depende de nosotros. Ahora podemos disfrutar de Dishonored en 1080p, con tramas de sonido que salen directamente del mando de la consola y con una estética mejorada tímidamente pero que es capaz de seguir transmitiendo la congoja y el pasmo de un enemigo al ver el brillo reluciente de tu hoja ejecutora.
A pesar de que estuvo tapado en su época, Dishonored se ha convertido en todo un referente de su género, siendo además uno de los mejores juegos de la pasada generación. El equipo de diseño ha hecho un magistral trabajo creando un majestuoso retrato de una ciudad azotada por la peste y las ratas, con una élite gobernante corrupta y asesina. Este retrato es demoledor y nos transfiere un sentimiento de decadencia permanente durante todo el juego que es lo que nos hace permanecer siempre alerta.

No me queda nada más que decir «Corvo, en una noche has logrado más que muchos hombres en toda una vida» y este juego en unas pocas horas ha conseguido lo que muchos tardan años en realizar; abrirse paso en mi corazón y en mi vitrina.
Este juego pertenece a mi biblioteca personal.
Si queréis leer más análisis, aquí os dejo Star Wars Jedi Fallen Order
Dishonored Definitive Edition
19,95€Pros
- La historia está muy bien elaborada
- El apartado gráfico de base está muy bien conseguido para la época en la que se creó
- Las habilidades son diversas y algunas originales como la de poseear a animales
- Conseguir cada vez mejor puntuación en misiones hace el juego muy adictivo
- El corazón palpitante, es un epic win
Cons
- Es un port, ninguna mejora a los gráficos de base
- Podrían haberle añadido más detalles de sonido
- Es un total calco al extraordinario juego de PS3
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