
Shadow of the Tomb Raider: repetir fórmulas no siempre funciona
ConTERExto histórico…
Lara siempre ha estado presente en mi vida. Desde Tomb Raider 2, el primer juego que tuve en posesión, me di cuenta de que me gustaba más saltar a las pozas dando una voltereta que apuntar a seres humanoides pixelares. Es por eso que Tomb Raider: The Last Revelation es para mí uno de los tesoros que guardo con más aprecio tanto en mi memoria como en mi estantería. Cuando salió Angel of Darkness me llevé un chasco. Era la primera vez que Lara me resultaba un personaje insulso. Me enfurruñé un poco y esperé pacientemente a que llegará el momento en que nuestros caminos se cruzaran de nuevo.
Eso llegó con Tomb Raider. Sí, a secas, sin ninguna coletilla. Así bautizaron la, como yo llamo, reconceptualización del título y de la saga. El inicio de Lara Croft siendo la Lara Croft que yo conocía. Fue un título fresco, oscuro, con tintes emocionales y con un desarrollo de personaje que le daba una explicación a lo que sucedería cronológicamente más tarde. Incluso su forma había cambiado, gracias a la tremenda mejora gráfica que le aportó Crystal Dynamics. Era más parecida al tipo de mujer que yo había dibujado en mi cabeza. Sonreí y me adentré con los ojos infantiles de quien jugó a los primeros juegos. Casi con inocencia. A pesar de los fallos, me divertí mucho. Y tras beberme ese primer juego, llegó la segunda parte en donde Lara estaba enfundada en un abrigo de cazador, rodeada de montañas nevadas en la estepa siberiana.

Ese fue el culmen tanto gráfico como narrativo. Y así, con ese sentimiento de trabajo bien hecho y de una nueva saga que renacía, me encaré a Shadow of the Tomb Raider. La primera toma de contacto fue buena, pero al no ver cambios me desilusioné. Repetir fórmulas hay veces que funciona, pero no puedes meter los mismos ingredientes en una coctelera emocional y esperar que el éxito se repita. Hay que ponerle al menos un toque de guindilla. Esa guindilla es la que Shadow of the Tomb Raider no tiene.
Historia – Entre alpacas y mezclas culturales
La historia de Shadow of the Tomb Raider comienza donde años atrás acabó Rise of the Tomb Raider. El juego comienza con Lara saliendo en avión de la estepa siberiana junto a su fiel acompañante Manny, que a lo largo del juego nos damos cuenta de que sus consejos y habilidades nos son tremendamente útiles. Tras una serie de catastróficas desdichas que nos hacen pasar por México, con su maravillosa recreación del día de los muertos, nos metemos de lleno en Perú buscando a Trinidad. Este es el grupo paramilitar al que llevamos persiguiendo casi toda la vida, que està relacionado con la muerte de nuestro padre. Vamos a Perú intentando deshacernos de una maldición que nosotras mismas, con nuestras ganas de desentrañar misterios, hemos provocado y en busca de respuestas a un pasado aciago.
Por primera vez, Lara es la persona que ha provocado el caos y que intenta deshacer lo que ha avivado. Esas ansias de conocer, de desvelar y de revelar nos hacen darnos cuenta de que todos los actos tienen sus consecuencias y pueden afectar de forma negativa a la gente que nos rodea. Lara, que en ciertos momentos se encuentra totalmente sola, ha traicionado sin querer la confianza de sus amigos y tiene que librar una batalla consigo misma. Imagino que a eso lo llaman madurez, lo que pasa es que yo la pasé en un banco comiendo pipas y Lara la pasó con una metralleta encaramada a la rama de un árbol luchando por su vida. Madurez en ambos casos.

En Perú las pistas nos guían hacia una antigua civilización, una mezcla entre inca y maya que la verdad es que no he sabido diferenciar y que creo que durante el juego tampoco los creadores lo tienen muy claro. Hay una mezcla cultural no concluyente entre esas dos civilizaciones y, para más inri, al final del juego aparece el cristianismo ya que tenemos que perseguir cruces en tumbas para continuar desentrañando misterios. La historia no está excesivamente trabajada, quiero decir, es correcta. Es la típica historia de desvelar los misterios antes de que llegue el día de los cataclismos mientras el grupo paramilitar de siempre te persigue para conseguir el poder que será el que lleve al mundo a su destrucción. Si Bruce Willis hubiera asomado su cabeza por el título, sinceramente, no me hubiera sorprendido porque es lo que me esperaba.
De forma titubeante nos presenta el dilema moral de sacar a la luz un pueblo que lleva escondido cientos de años y la pregunta de si es bueno o si es moralmente lícito, en nombre del progreso, desentrañar una civilización en pos del conocimiento. Al no ser un juego de toma de decisiones ya sabes que el destino de Lara está marcado y que, finalmente, todo va a salir bien. Sin embargo, es interesante el recorrido que se hace para poder llegar a la feliz conclusión.
Nos encontramos un pueblo indígena que sí ha tenido contacto con el ser humano y que lo único que pretende es vivir en paz. Nosotros llegamos con nuestra visión revolucionaria de la vida, con nuestras vivencias y experiencias en una mochila cargada de balas y pretendemos que todo el mundo entienda nuestro planteamiento. Muchas veces incluso Manny levanta la ceja. Manny es un gran compañero que nos hace que nos paremos a pensar y frena un poco a impulsividad de Lara. Los personajes secundarios son escasos, realmente tenemos a nuestro compañero, la chica que nos ayuda en la parte logística, los líderes del pueblo indígena y los líderes de Trinidad. Entre medias, un sinfín de personajes terciarios completamente irrelevantes, que se parecen entre sí y que nos dan las tan temidas misiones de recadero que yo personalmente odio.

Como comentaba, la historia está correcta, es muy predecible y es un marco estático que engloba a unas mecánicas y jugabilidad que no nos aportan grandes cambios. Globalmente está correcto, es una historia entretenida, pero no es nada que no nos hayamos encontrado antes y más conociendo la saga Tomb Raider o Uncharted.
Mecánicas y Jugabilidad – Entres riscos y peñascos
Hablar de Lara Croft es hablar de escalada. Y eso lo llevaron a casi la perfección con Rise of the Tomb Raider. Como ya tenían gran parte del trabajo hecho en Shadow of the Tomb Raider han copiado el mismo estilo, le han añadido unos enganches para las botas para escalar a peñascos más altos y le han quitado la nieve. Debo decir que ese complemento que te añades a las botas es una buena opción, el problema es que dispones de ello bien entrado el juego y tienes que volver a pasar por el mapa de nuevo otra vez para poder usarlo y llegar a los sitios más inaccesibles.

Si el mapa fuera pequeño, como por ejemplo el de Star Wars Jedi Fallen Order o los Devil May Cry, no tendría problema. Sin embargo el mapa es extenso, un poco lioso y no retienes en la cabeza dónde está ninguno de los sitios donde el paso es impracticable. Tienes que fiarte del mapa, que es cierto que te puedes desvelar hasta el 100% de los coleccionables y de los pasos a los que no puedes acceder, pero te desborda. No es tan vasto y apabullante como por ejemplo un Assassins Creed Odyssey, pero digamos que la forma de acceder a las regiones no es intuitiva. No puedes deshacer el mapa andando, por eso los puntos de viaje rápido son tan asiduos y están estratégicamente colocados para que puedas volver a acceder a la región sin mayor dificultad. Incluso si un alud ha sepultado la entrada y la salida, tú puedes volver. La coherencia de Tomb Raider es incoherente, pero es Lara Croft y hay que quererla tal y como es.
Si bien es cierto que la parte de la escalada es la mejor ejecutada de Shadow of the Tomb Raider, debo mecionar negativamente la parte de combate. Los tiroteos que se producen son fáciles, son tremendamente intuitivos y no aportan nada a la historia más allá que rellenar una casilla que indica que en el juego de Tomb Raider hay unas secuencias de acción con tiroteos. Además, para pasarte esas partes, incluso no hace falta gastar una bala pues hay una gran cantidad de opciones de sigilo. Tienes charcos con barro en donde te puedes camuflar. Tienes árboles a los que te puedes encaramar y apresar a los enemigos con una cuerda como si fueses Batman. Puedes bucear por un lago para rodearles. Sin embargo, no puedes pasarte la pantalla si no has acabado con todos los enemigos. El juego te da todas las opciones posibles de eliminar a los enemigos sin ser visto, pero tienes que elimitarlos.

También es así con los enemigos no humanos, que realmente son los más feroces del juego, pero aún asi fáciles. Estos te los encuentras en las diferentes tumbas que tienes que visitar, bien por historia, bien por coleccionables. Y hablado de coleccionables, dentro del juego hay muchos y debo decir que la mayoría no te aporta gran cantidad de información. Tienes tumbas, que te dan piezas de equipo y que normalmente viene precedidas de puzles. Tienes enterramientos y demás altares, que también tienen algún coleccionable de equipo y ya tienes una gran cantidad de documentos, cartas, libretas y demás elementos que solamente te aportan información sobre las diferentes culturas y te dan experiencia.
Más aún, tienes una serie de retos, que en algunos casos son tan fáciles como buscar 5 estatuillas de rana y romperlas dentro de la ciudad, y otras son tan complicadas como saltar desde más de 5 riscos que puedan asemejarse a cataratas. Cada uno de estos retos te aporta quebraderos de cabeza y experiencia. La experiencia es útil para ir desbloqueando puntos de habilidad. Las habilidades las encuentras en una tabla, cada una de las modalidades tienen un color diferente y son especializadas para un campo. Normalmente van en racimo, es decir, para abrir una tienes que desbloquear la anterior lo que limita un poco la personalización.
Los atuendos son estéticamente bonitos. Un punto positivo es que puedes usar atuendos de los dos títulos anteriores, te los reconoce si los tienes guardados en la consola, aunque no te dan ningún tributo especial por lo que son sencilla y meramente estéticos. En cuanto a las armas, las vas desbloqueando a lo largo del juego y las puedes cambiar a tu antojo, adaptando tu manera de combatir al armas que se requiera en cada momento. Tienes armas de fuego y tienes un arco con diferente tipos de flechas. Puedes pasarte la pantalla con el arma que elijas y solamente hay un par de puntos en donde el juego te exige que lo hagas con una equipación obligatoria. Está bien que el juego te obligue a jugar con un arma que no estás acostumbrado para hacer la vida (un pelín) más difícil.

Gráficos e interacción con el entorno – La sonrisa que se entrevé bajo la capa de barro
Crystal Dynamics le cedió el testigo de este juego a Eidos Montreal que ha estado totalmente a la altura de las expectativas. Los gráficos de Shadow of the Tomb Raider están muy bien. Es lo más destacable del juego bajo mi punto de vista. Hemos pasado del frío ártico y los colores pálidos de gama de grises a la verda y frondosa vegetación de Perú. Realmente es un buen avance. Todos los territorios están muy bien detallados y, aunque en algunas partes las panorámicas en segundo plano son muy estáticas y solamente puedes interactuar con la primera capa, están bien porque son coloridos.
Cada región es diferente porque tiene diferentes capas. La primera es la de la vegetación y las partes de agua, muy bien representadas. Quizá las partes de agua son las que ponen algún impedimento al ritmo normal ya que, como todas las partes de agua, tienes la presión del tiempo más la presión de los enemigos submarinos. Más que en las partes de agua todos nos ponemos nerviosos porque estamos en un entorno que no nos gusta. Después tenemos la capa de la exploración de las cuevas, bien por la historia bien por los coleccionables, en donde se nos expande un mundo soterrado, más oscuro, en donde abundan los colores marrones y donde se juega más con el contraste de luz y de oscuridad. Los puzzles, en algunos casos interesantes, no llegan a asombrar y más bien pasan desapercibidos.

Como decía en un principio, Lara interactúa bien con el entorno. La escalada es uno de los puntos fuertes y con ella podrás llegar a puntos inaccesibles que además te ofrecerán unas grandes panorámicas que despliegan los gráficos a distancia. Todo queda englobado en una maravillosa atmófera en donde los animales serán amigos y enemigos. En donde se integrarán bien los recursos que posteriormente necesitarás para confeccionar munición diferentes. En ningún momento echas en falta nada más que un poco de novedad que no me deje con la miel en los labios. Cumple lo que promete y en la parte gráfica, salvo ciertas partes en donde hay caidas de frames, está muy bien. Las cinemáticas no se hacen excesivamente repetitivas ni sientes que sobran. Está todo equilibrado en ese entorno en donde no te vas a pillar los dedos. Ese cubrirse las espaldas solamente deja un fleco por donde quejarse. Lo correcto se hace aburrido.
Conclusión – Las sombras de la nueva era
Shadow of the Tomb Raider cumple su cometido: darle un broche a la trilogía del reboot de Tomb Raider. Sin embargo, no es el broche de oro que queríamos. Nos presenta una historia sencilla en donde los personajes aportan lo justo para que se desarrolle un pequeño debate moral entre las tradiciones y los cambios. Nos presenta un personaje protagonista que ya conocíamos y cómo evoluciona mientras persigue las respuestas necesarias a su pasado. Nos presenta unos puzzles vanos que nos ayudan a desentrañar tumbas y a conseguir coleccionables. Nos trae un combate deficiente si quieres hacerlo de forma activa y fácil si quieres hacerlo en modo sigilo. Bebe de las mecánicas de su predecesor, Rise of the Tomb Raider, que fueron tan tremendamente alabadas y no se molesta en desarrollar nada nuevo.
Quizá ese haya sido el principal problema de Shadow of the Tomb Raider. Después de casi dos años de espera, no nos hemos encontrado con nada más que unos nuevos paisajes, un nuevo terreno que explorar y el final predecible de una historia que no tiene tampoco tremendos giros de guión. Quizá lo que más nos sorprenda es no saber cuántos niveles por debajo te puedes encontrar en una cueva. En la vida real, Lara habría encontrado el centro de la tierra más de una o dos veces.

No vemos un gran cambio en Lara, salvo ciertas actitudes que la van llevando de ser la joven irresponsable a la adulta que llega a sentar la cabeza y a darse cuenta de que sus actos tienen consecuencias y las implicaciones que tienen hacer tambalear antiguas civilizaciones. Eso es Shadow of the Tomb Raider, una balsa de agua a la que no le afectan las inclemencias. Un título tan correcto que no se le puede sacar más fallos que algunos bugs y algunas lagunas en la historia. Tan correcto que me envenena pues yo quería algo más. Puede que quizá quisiera riesgo, ya que nos encontramos en un juego de aventuras, y sus creadores solamente quisieron la seguridad de ventas y de sello de calidad de poner Tomb Raider en la portada de un juego.
Si queréis disfrutar de una nueva aventura de Lara, Shadow of the Tomb Raider cumple. Si queréis algo más aparte de lo que vimos en Rise of the Tomb Raider, me temo que eso no lo ha traido bajo el brazo. Es una pena que el broche a la trilogía sea este, pero a pesar de la pequeña espina, me maravillé con la belleza de los paisajes, disfruté los momentos de escalada como una niña pequeña y me entretuve buscando los diferentes retos que el juego te aporta. ¿Y después? A la estantería. Donde se quedará olvidado, como lágrimas en la lluvia, hasta que se le de una nueva vida.
Este juego pertenece a mi biblioteca personal.
Si queréis leer otro inTEREsante análisis, aquí tenéis el de Little Nightmares.
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