Star Wars Jedi Fallen Order: no es un diamante en bruto, pero sí brilla con luz propia.
Si juntamos las mecánicas adictivas de Dark Souls, le añadimos una historia a la altura de la saga de Star Wars y lo espolvoreamos todo con un personaje secundario entrañable, tenemos Star Wars Jedi Fallen Order.
Este título se ve empañado por unos fallos técnicos que han sabido paliar en las diferentes actualizaciones pero que le arrebatan el título de un excelente juego. Si bien es cierto que los bugs ahora mismo son pequeños y no màs molestos que una horda de troopers, puedo entender la frustración de todos aquellos fan y jugadores que encendieron la consola pensando que se iban a encontrar un flamante título acabado y pulido. Tras el parche de día uno y sucesivas actualizaciones, Star Wars Jedi Fallen Order sigue acarreando imperfecciones que, a día de hoy, pueden resultar insalvables para los paladares más exquisitos. Caídas de frames, congelación en mitad de una acción contínua (como puede ser correr por una pared) o los lentos tiempos de carga mientras subes y bajas en un ascensor, profieren una cantidad de lacras que, aunque no han sentenciado al juego, si es verdad que se deben nombrar ya que dejan un regusto amargo.
A pesar de que he empezado por los puntos negativos, quizá por rabia ya que sin esos pequeños detalles el título podría haber sido sobresaliente, debo decir que me ha gustado más de lo que esperaba. En sus 20 – 30 horas de juego, estos fallos se ven paliados por una muy buena historia, en donde todos los personajes aportan algo y son relevantes; por la belleza de sus paisajes y por el apartado gráfico en general. Éste es digno de mención ya que, a pesar de que en algunos paisajes tarda un poco en cargar la vegetación y quizá los escenarios en segundo plano sean un poco estáticos, los planetas son ricos en detalles y las expresiones faciales de los personajes casan perfectamente con el juego. Esto es algo que al pobre Cameron Monaghan se le ha criticado, la falta de expresividad. Y aunque no es unas castañuelas, a lo largo de la historia te das cuenta de que al protagonista no le han puesto las cosas fáciles y por eso su interpretación tenía que ser así. Un joven serio, retraído, solitario y directo que sencillamente quiere seguir su camino sin vincularse emocionalmente con nadie por temor a perderlo.

Nada más empezar, Star Wars Jedi Fallen Order nos presenta a Cal, un callado y apocado chatarrero de Bracca ataviado con un poncho ajado que se mueve más ágil y veloz que un saltamontes en verano. Y es que de eso se trata, de ser àgil y veloz. Nos presentan un escenario por el que puedes correr, saltar, trepar, resbalar e incluso en algunos momentos “volar”. Sin caer en el frenetismo, la forma que tiene Cal de interactuar con el ambiente bien podría ser una mezcla entre Uncharted y Mass Effect. Una mezcla bien ejecutada y con algunas partes quizà un poco calcadas a papel de cebolla (vèase el paralelismo de subir a una nave en llamas con aquella famosa escena de Uncharted 2 del tren que ha descarrilado).
Sin embargo, está tan bien desarrollado que pronto te olvidas de esos dos títulos para darte cuenta de que éste no es tan fácil como lo pintan. Y no va a ser tan fácil porque desde el primer momento presenta 4 niveles de dificultad: Modo Historia, Caballero Jedi, Maestro Jedi y Gran Maestro Jedi. Cualquiera de los niveles es accesible a lo largo del juego pudiéndose cambiar a placer en cualquier momento. ¿Y esto por què es importante? Porque el estilo de combate está inspirado en las mecánicas de Dark Souls.
Giro inesperado de los acontecimientos. ¿Y cómo encaja una mecánica souls dentro de un título divertido como es Star Wars Jedi Fallen Order? Encaja bastante bien. Los enemigos básicos son bastante asequibles incluso en los niveles más avanzados. Esto implica que, para algunos jugadores, sus combates puedan llegar a ser monotonos y repetitivos. Sin embargo, el aliciente principal son los bosses, ya que los puedes afrontar desde diferentes perspectivas. O bien tienes paciencia y no te importa morir una y otra vez hasta que acabas con ellos, recibiendo una recompensa emocional totalmente recomendable y satisfactoria; o bien bajas el nivel un punto y haces un combate cómodo y dinámico que, si bien no es tan satisfactorio, te ayuda a seguir el flujo de la historia. Cualquiera de las opciones te recompensará con un trofeo plateado ya que no hay trofeo por nivel. Es decir, al juego le da igual que te lo pases en megadificil o en ultrafácil, el juego quiere que tú seas el que elija el camino que quieres seguir.

Y es por eso que, a través de los 5 mundos diferentes por los que Star Wars Jedi Fallen Order te lleva, tú marcas la experiencia de juego y aplicas las mecánicas con las que te sientas más cómodo para conseguirlo. Uno de los puntos positivos que resalto del juego es la variedad de ambientes que te encuentras en los diferentes planetas. Es cierto que quizá sean pocos, comparados por ejemplo con la ingente cantidad que te encontrabas en Mass Effect Andrómeda; pero cada uno de ellos tiene su diversidad de flora, fauna y riqueza visual tan bien recreada que te alegra pensar que ha primado más la calidad que la cantidad. Tienes un planeta de hielo, un planeta en donde hay un asentamiento rural que más tarde te llevará a una selva, un planeta que es principalmente árido y seco y otro planeta que es como un una pradera encima de las rocas. Cada uno de ellos tiene 3 niveles de exploración, que se podrán ir descubriendo a medida que se consigan las habilidades que te otorga el juego.
Este punto es, al igual que el de los diferentes niveles de exploración, una de las claves de Star Wars Jedi Fallen Order. Tienes que estar atento a las puertas, fortalezas, piedras y artefactos que dejas atrás porque podrás interactuar con ellos luego. A medida que tu vínculo con Cal crece, crecen sus habilidades, su forma de relacionarse con el ambiente y con el medio. Cal, que de primeras es un poco pardillo y no puede subirse a una tirolina, termina partiendo peñascos con la fuerza sin ni siquiera despeinarse esa mata de pelo pelirrojo que porta. Con tu inseparable compañero BD1, un robot pocket que te cuelgas a la espalda en el minuto uno y que quieres que te acompañe durante toda la vida, vas aprendiendo a piratear cofres, subir tirolinas e incluso sabotear drones para que hagan tu voluntad. Poco a poco, BD1 y tú vais desentrañando los secretos del mundo y os vais haciendo la vida más fácil mutuamente. BD1 es vital en los combates pues es quien porta los viales de vida, indispensables para pasarte el juego sin ver mucho la pantalla de «Reaparecer».

Hemos hablado de planetas y de interacción con el mundo y esto me trae a la cabeza uno de esos puntos espinosos en todos los juegos, automatización de agarres. ¿A qué me refiero con esto? Si veo una liana y no salto 100% de frente, ¿debería agarrarse porque sobreentiende que mi intención es agarrarme o piensa que mi intención es precipitarme al vacío poque el mundo es un lugar salvaje y cruel? Evidentemente lo lógico sería pensar lo primero, pero queridos lectores, es lo segundo. Cal no se agarra automáticamente a las lianas, ni salta automáticamente a la pared ni, cuando vas a 150 km por hora deslizándote por una rampa de hielo con un alúd de nieve detrás, salta hacia un lugar seguro y respira profundo. No. Cal muere una y otra vez si no enfocas las cámara al sitio correcto en el ángulo que ella quiere.
Realmente eso no importa, porque el tiempo de reaparición en esos momentos interactivos es practicamente inexistente, pero esas mini muertes te van restando esquirlas de vida que van en tu contra cuando te enfrentas al enemigo que se presenta al final de esa liana de espinas. ¿Es algo que te frustra? Puede llegar a serlo si no dominas muy bien el uso de la cámara con el joystick derecho, pero realmene es algo que incluso puede llegar a ser gracioso cuando te encuentras a tí misma echándole la bronca a Cal, que no puede escucharte desde detrás de la pantalla del televisor.
Hemos hablado de mecánicas y de BD1, pero no hemos hablado de habilidades. Cal tiene un árbol de habilidades presentado como una preciosa constelación estelar que consta de tres ramas: supervivencia, fuerza y espada láser. A medida que vas eliminando enemigos, descubriendo coleccionables e interactuando con el ambiente, vas ganando puntos de habilidad que puedes gastar desbloqueando las esferas que componen el árbol. Como en muchos juegos, las habilidades más simples se desbloquean con un punto y tendrás que ir guardando puntos para llegar a las habilidades más demandantes. Los puntos se ganan rápido, especialmente porque cuando guardas, los enemigos reaparecen. Todo muy Bloodborne. Los puntos de guardado, o puntos de meditación, no son excesivamente lejanos y puedes desbloquear atajos para poder atravesar el mapa mas rápidamente. ¿Y eso por qué es importante? Porque amigos y amigas, no hay viaje rápido en Star Wars Jedi Fallen Order.

En este juego no puedes ir de un punto a otro del planeta si no es por atajos. Es decir, al final del día te sabes los vastos caminos del planeta mejor que los de tu ciudad. Eso al principio puede resultar tedioso, pero te acabas acostumbrando al constante sentimiento de estar perdido por el escenario dando vueltas como pollo sin cabeza. Y digo esto porque el mapa, tan bendecido en muchos juegos, en este es una verdadera maldición. Se ha decidido en Star Wars Jedi Fallen Order, no sé exactamente por qué, que el mapa sea una holografía que BD1 te presenta en una superficie plana. Eso está bién porque el HUD queda totalmente límpido y el campo de visión se extiende hasta niveles insospechados. Solamente tienes que tener en cuenta tu barra de vida y tus viales. No te entorpece nada más. Sin embargo, cuando quieres ver hacia dónde vas, ves el mapa completo, con los tres niveles, marcados de forma tan escueta que nunca sabes en qué sitio estás. Agradezco que la misión principal te aparezca como un logo de color dorado con el símbolo de la resistencia.
Porque no hay misiones secundarias. En Star Wars Jedi Fallen Order no hay corre ve y dile. El juego es tremendamente lineal. Y eso está bien pues muchas veces necesitamos descansar de la vasta inmensidad de los terrenos, de la infinidad de las misiones secundarias y de las vidas paralelas de los NPC que importan menos que la puntería de los troopers. En este juego, se agradece que las misiones vayan encadenadas y que solamente visites de nuevo los planetas porque alguno de tus compañeros te recuerde muy sutilmente que había alguna piedra extraña sin mover. Para aquellos que hemos disfrutados de los paseos en caballo de Arthur Morgan en RDR2, o en Ghost of Tsushima, quizá nos apetecen a veces títulos en donde no tengamos que preocuparnos por qué misión escoger. Este juego nos da una paz mental porque piensa por nosotros. BD1 es quien guía nuestros pasos en busca de recuperar los suyos.

Hablar de Star Wars es hablar de espadas láser y de eso tenemos mucho y muy bien desarrollado. Con magistrales giros de muñeca de Cal, podemos esquivar las erradas balas de los troopers e incluso usarlas para acabar con ellos o con un compañero despistado que no se haya enterado de que hay un joven Jedi pululando. Hay diferentes tipos de sable láser, que se van desbloqueando, y diferentes técnicas que usar con él. Sin embargo, no hay ningún arma que te sirva para disparar a distancia. Hay una habilidad de la espada, que desbloqueas con mucha paciencia y puntos de experiencia, pero que no disfrutas hasta bien entrado el juego. Si tú estás encima de un peñasco y hay un enemigo en el peñasco opuesto, no puedes dispararle. No puedes hacer nada más que bloquear sus balas y ver de qué mejor manera puedes llegar para asestarle el tajo final. Quizé eso me haya faltado.
Y me queda por mencionar solamente los coleccionables, que no son excesivos ni muy variados y que principalmente son estéticos. Hay una gran colección de (horribles) ponchos que están ubicados en los diferentes planetas en unos cajones con botones a los que BD1 tendrá que acceder. Lo mismo que los diferentes colores de apariencia de BD1 y de la nave con la que te desplazas de planeta en planeta, la Mantis. También Cal interactúa con objetos cercanos que han vivido experiencias y escucha sus historias. Estos elementos se llaman Ecos y sirven para aportar más información a tu entorno. No son vitales para la historia del juego pero sí te dan mucha experiencia para conseguir puntos de habilidad.
Ya por finalizar, por darle el broche de oro a esta retahila de frases que creo que en mi cabeza tenía más sentido, solamente puedo decir que Star Wars Jedi Fallen Order es un título que los jugadores van a disfrutar, bien sean fan de Star Wars, bien sean fan de los juegos de aventura, bien se lo hayan encontrado de casualidad en una estantería. Star Wars Jedi Fallen Order es un juego que, sin grandes expectativas, ha conseguido llegar el corazón de las personas que estábamos cerrados a la fuerza, a la fuerza de darle una segunda oportunidad a franquicias que en un pasado no muy remoto nos fallaron. Cal y BD1 han llegado para quedarse y abrirse un hueco en la estantería de muchas casas. Se han trabajado el sacarnos una sonrisa, un ceño fruncido o incluso un amago de lágrima peliculera que ha surgido de las muy bien elaboradas cinemáticas. Fragmentos muy pulidos de una película que no llega a ser invasiva sino un gran complemento de una jugabilidad tremendamente adictiva.

Espero que hayáis disfrutado de Star Wars Jedi Fallen Order lo mismo que lo he disfrutado yo. No me queda nada más que decir, ¡que la fuerza os acompañe!
Este juego pertenece a mi biblioteca personal.
Para leer un análisis inTEREsante de Shenmue III, ¡pincha aquí!
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Star Wars Jedi Fallen Order
39.99Pros
- La historia está muy bien elaborada
- EL apartado gráfico está muy bien conseguido
- Las habilidades con la espada láser son diversas
- Las mecánicas tipo souls hacen el juego adictivo
- BD1, es lo mejor del juego sin lugar a dudas
Cons
- El holomapa es difícil de usar
- Los agarres no son automáticos y eso desespera a veces
- Lentos tiempos de carga en algunas partes puntuales del juego
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