
Siempre es difícil escribir sobre el tema del amarillismo, pero ha vuelto a ocurrir y no nos podemos quedar de brazos cruzados. Es un tema delicado, en el que fácilmente se pueden confundir conceptos y opiniones, pero hay que tratarlo e intentar de esclarecer los hechos de la forma más veraz posible informativamente.
El pasado viernes 27 de ocubre, Joseph McDonald, de 23 años, se enfrentó al Tribunal Supremo de Victoria (Australia), para una audiencia previa a la sentencia después de declararse culpable del homicidio infantil de Lucas McDonald, su hijo, que solo tenía 53 días de edad.
Tal deleznable hecho merece el mayor castigo posible que establezca el código penal australiano, no hay ninguna duda en ello. Y así fue, condenado a 9 años de prisión hace apenas tres días. Pero surgen dudas en cuanto a la interpretación interesada que hacen ciertos medios sobre los hechos acontecidos, y lo aprovechan para atacar de nuevo los videojuegos.
Prensa curtida en amarillismo videojueguil
Por desgracia no es la primera vez que ocurre. Lejos quedan ya los hechos del año 2000 en los que José Rabadán Pardo, concido como «El Asesino de la Katana«, cometió un triple parricidio, y no faltó entonces la prensa amarilla española cargando contra Final Fantasy VIII.
Entonces el amarillismo alcanzó unos límites históricos, en los que se llegó a espetar en telediarios y otros informativos que el asesino se había basado en Squall para cometer tales atrocidades, y para ilustrarlo como es debido, podéis ver el vídeo a continuación.
En 2015 ocurrieron otros hechos en Barcelona en los que un alumno de instituto asesinó a su profesor con una ballesta y un machete, además se le incautaron diversos materiales en su mochila que podían usarse para fabricar cócteles molotov.
La prensa amarilla no tardó en buscar la relación, y efectivamente, el joven jugaba a videojuegos, aunque también profesaba admiración por los autores de la matanza de Columbine, lo cual debería ser más destacable que su afición a los videojuegos, no sé, digo yo.
El problema endémico es el amarillismo, no los videojuegos
Volviendo al caso más reciente, se repiten las mismas opiniones interesadas de antaño, siempre es el mismo patrón. Alguien que está loco comete un acto violento, que comporta el homicidio de alguien de su entorno próximo, pero los medios buscan el titular más sensacionalista posible, veamos algunos ejemplos:
Hombre mató a su bebé porque no lo dejaba “jugar videojuegos”.
Un ‘gamer’ adicto a los videojuegos mata a su bebé recién nacido.
Joven adicto a videojuegos mató a su bebé en Australia al perder una partida.
Y así podríamos estar una mañana entera. La cuestión es que se utilizan palabras como gamer, adicto y videojuegos, y luego se relacionan con la muerte de la víctima de forma desproporcionada.
Si analizamos las declaraciones del condenado ante el juez, hay una que me choca muchísimo, y es la siguiente: «El tribunal escuchó que en las semanas anteriores a que matara a su hijo, McDonald había usado su teléfono para buscar ayuda contra el manejo de la ira».
Queda patente pues que no era una persona cuerda, y era consciente de ello. E igual que ocurrió con los dos casos mencionados anteriormente, el hecho más notorio no es que compartan aficiones a los videojuegos, no quiero ser sensacionalista como otros. El hecho a destacar aquí es que no puede ser que haya indicios de que alguien no está en su sano juicio y fallen las medidas de prevención.
También me gustaría destacar que es difícil para mí entender como un menor puede tener acceso a armas blancas en su domicilio, y mucho más a armas sofisticadas como una katana o una ballesta.
Al mismo tiempo, ¿alguno de estos medios se preocupa por investigar lo que se habla en un juicio? ¿Los informes de los péritos judiciales? ¿De los psicólogos? La respuesta es NO. Es mucho más sencillo buscar el clickbait para llevarse unas visitas extra, y que los lectores miren el dedo y no la luna.
Os diré algo, en la sentencia del caso de José Rabadán, el Juzgado de Menores de Murcia no mencionó la palabra «videojuego» en ninguna de sus páginas. Han pasado 20 años, y ninguno de los medios ni periodistas que se valieron del amarillismo para ganar audiencia han rectificado, nada, ni una noticia aclaratoria, ni un comunicado… nada.
Lo mismo ocurrió con el caso de la ballesta. Y, mucho me temo, que el resultado será igual en este caso, y todos los que vendrán.
Es triste que salgan a la palestra este tipo de sensacionalismos, precisamente en un año en el que el mundo está siendo asolado por una pandemia, habiendo pasado por meses de confinamiento en los cuales videojuegos como Animal Crossing han sido totalmente terapéuticos para que la población pudiera sopesar mejor estos momentos.
La propia OMS se ha pronunciado al respecto, dejando claro que los videojuegos son totalmente saludables y han ayudado a la gente a combatir la ansidead. Dicho esto, solo me queda añadir que si alguien no está en su sano juicio, aunque no juegue a videojuegos lo seguirá estando, y se le puede activar un mecanismo violento en su mente, ya sea viendo un partido de fútbol, en apuestas deportivas, o incluso viendo alguna serie, película o leyendo un libro. Sinceramente recomiendo a todo el mundo que dejemos de mirar el dedo, y comenzemos a fijarnos más en la luna.
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